Al cruzar la puerta de las instalaciones, ubicadas en el número 71 de la calle de Enric Granados, diferentes tonos de rosa en los azulejos de las paredes y el terciopelo de los bancos, una barra a base de piedra verde y blanca y muchos toques dorados, nos recuerdan a los tonos iridiscentes del nácar.
La conexión con estos preciados moluscos es total gracias a la cocina abierta, que nos permite ver cómo los chefs preparan los platos mientras están sentados en la barra, disfrutando de unas ostras de Marennes-Oléron y Normandía, o de un ceviche o cangrejo, acompañados de vino.
Las ostras, el plato principal de 71 Oyster Bar & La Perla, fueron la fuente de inspiración para que la brasileña Larissa Perna, de La Rous Studio, diseñara el espacio.
Lo que aparentemente es un bar de ostras sencillo y lujoso contiene el bar clandestino La Perla, un club clandestino inspirado en los años de ley seca en los Estados Unidos.
Las líneas negras en el suelo nos dirigen a la entrada de La Perla Club, pero solo podemos acceder a ella por recomendación o por membresía en su club exclusivo para socios.
La carta de bebidas locales se creó en base a una decisión conjunta entre el arquitecto y el propietario del lugar, todo para sorprender a los clientes y garantizar una experiencia inolvidable.